lunes, 26 de octubre de 2015

AUDICIÓN


AUDICIÓN

La función del sistema auditivo es descubrir objetos y sucesos por medio de los sonidos que estos originan. Los sonidos son vibraciones de las moléculas del aire que provocan al sistema auditivo. Los seres humanos escuchamos solo las vibraciones moleculares que fluctúan entre 20 y 20,000htz.


La amplitud, frecuencia y complejidad de las vibraciones de la moléculas del aire se perciben respectivamente como volumen, tono y timbre. En la vida real, el sonido siempre se afilia con patrones complejos de vibraciones.

EL OÍDO

Atreves del conducto auditivo viajan las ondas sonoras y hacen que la membrana timpánica vibre. Estas vibraciones se transportan hacia los tres huesecillos del oído medio: el martillo(malleus), el yunque(incus), y el estribo(stapes). La ventana oval transfiere las vibraciones al liquido de la cóclea, el cual es un largo tuvo envuelto que contiene una membrana interna que cruza casi hasta su extremo. La mayoría de las estructuras del sistema auditivo se organizan conforme a la frecuencia. Al igual que la organización del sistema visual es fundamentalmente retinotópica, la organización del sistema auditivo es fundamentalmente tonotópica.




DEL OÍDO A LA CORTEZA AUDITIVA PRIMARIA

No existe ninguna vía auditiva a la corteza comparable a la vía-geniculo-estirada del sistema visual. En vez de una vía existe una red de vías auditivas. Los axones de cada uno de los nervios auditivos crean sinapsis en los núcleos cocleares homolaterales. Los axones de las células olivares se proyectan a través del lemnisco lateral hasta los tubérculos cuadrigeminos inferiores, donde forman sinapsis con las neuronas que proyectan a los núcleos geniculados mediales del tálamo.


SOMATESTESIA: tacto y dolor

Se trata de tres sistemas relacionados pero diferentes:
1. Sistema de exterosensibilidad, descubre los estímulos externos aplicados a la piel; contiene tres divisiones: una percibir estímulos mecánicos, otra para estímulos térmicos, y la otra para estímulos dolorosos. 2. Sistema de propiosensibilidad, registra la información respectiva del cuerpo que viene de los músculos, articulaciones y órganos del equilibrio.
3. Sistema interosensibilidad, provee información general sobre el estado en el interior del cuerpo.


Receptores cutáneos

Hay muchos tipos de receptores en la piel. Los mas simples son las terminaciones nerviosas libres, que son especialmente perceptivas a los cambios de temperatura y al dolor. Los receptores cutáneos grandes y profundos son los corpúsculos de Pacini (tienen forma de una cebolla). Se adaptan muy rápido y responden mejor a distorsiones repentinas de la piel. La presión constante sobre la piel, causa una salva de disparos en todos los receptores (sensación de ser tocado). Se le llama ¨estereognosia¨ a la identificación de los objetos por el tacto



Las dos vías somatosensitivas ascendentes principales

Ésta información somatosensitiva sube hasta la corteza humana por medio de dos vías somatosensitivas principales: el cordón dorsal del sistema lemnisco medial(lleva información sobre tacto y propiosensibilidad). y el sistema anterolateral(lleva información sobre el dolor y la temperatura).

Las neuronas sensitivas de este sistema entran en la medula espinal por medio de una raíz dorsal, suben por la zona homolateral en los cordones dorsales y forman sinapsis en los núcleos del cordón dorsal del bulbo raquídeo. Los axones de las neuronas del cordón dorsal a traviesan del otro lado del encéfalo y suben en el lemnisco medial hasta llegar al núcleo ventral posterior contralateral del tálamo. 

Las neuronas de la raíz dorsal del sistema anterolateral crean sinapsis cuando entran en la medula espinal. Éste sistema abarca tres fascículos distintos: el fascículo espinotalámico, que proyecta al núcleo ventral posterior del tálamo; el fascículo espinorrecticular, que proyecta a la formación reticular y el fascículo espinotectal, que proyecta el tectum. Las tres ramas del nervio trigémino llevan información sobre dolor y temperatura de la zona de la cara hasta los mismos lugares del tálamo.

Las lesiones en los núcleos ventrales posteriores, produjeron una perdida de sensibilidad cutánea al tacto, cambios de temperatura y dolor; no causaron ningún efecto en el dolor crónico.